miércoles, enero 10, 2007

2007


La realidad llegó con el nuevo año. Después de tratar de no despertar del sueño de nuestro viaje reciente, nos incorporamos al trabajo y a la rutina, como era de esperarse.

Las expectativas para este año son serias: la economía de mi país siempre se ha visto influida por las elecciones presidenciales y este año las tendremos en diciembre. Pero no hay que desmayar, sino todo lo contrario. Trabajar con más ahínco para salir avantes.

Iniciamos el año con la desagradable noticia de la muerte de Saddam Hussein. No porque el hombre haya sido un santo, sino porque se hizo de su sentencia y ahorcamiento un hecho morboso y revanchista, una aplicación del "diente por diente" que, supuestamente, debió haber desaparecido de nuestra "cultura" occidental. Malos vientos se avecinan... Sin embargo, en nuestro territorio pequeño y tercermundista, la influencia del norte no es tan grande como para que la venganza nos alcance. O al menos, eso esperamos.

De cualquier manera, lo más importante es nuestro entorno inmediato. Nuestra pareja, nuestra familia, nuestros amigos, nuestro trabajo, nuestro barrio, nuestra ciudad. Empezando a trabajar con nuestra mente y nuestro espíritu, podremos hacer que las ondas concéntricas vayan alcanzando a cada una de estas fases de nuestra vida, para hacer que nuestros días (en este año o en cualquiera otro por venir) tengan gratos momentos para compartir y mejores para recordar.

Como aquella noche, tibia y serena, bajo las estrellas, caminando a tu lado y aspirando el aroma del jardín.

Hasta la semana entrante, amigos.