sábado, septiembre 25, 2004

Yo fui creada para mí

Por esas cosas que una no sabe cómo explicar, en algún lugar de mi mente se formó la idea de que la Congregación para la Doctrina de la Fe -la terriblemente célebre Inquisición- había tenido su momento de "gloria" y luego habría caído en la desgracia hasta desaparecer, aunque claro, no del recuerdo colectivo de la humanidad sino de la vida diaria de la iglesia católica. Sin embargo, recién termino de enterarme que no fue así, que sigue viva y coleando y a pesar de todo el daño inmenso, profundo y espantoso que hizo a la humanidad, todavía tiene los arrestos de emitir juicios y opiniones acerca de lo que es, hoy por hoy, la vida de los seres humanos que poblamos esta maravilla de planeta azul, así practiquemos, creamos, o simplemente simpaticemos, con la religión católica. Por supuesto, como en todo lo que los seres humanos organizamos, hay claroscuros en ella de tal manera que podemos encontrar algunos miembros templados y conscientes, muy puestos a vivir su actualidad; y otros que pretenden -¿de verdad será así o será su anhelo adorado nada más?- que todavía esta religión es dueña de los pensamientos, sentimientos y cuerpos de los pobladores de la Tierra y se permiten comentarios públicos que de verdad me provocan náuseas y hacen que mi sangre arda de indignación.

El ya famoso cardenal José Ratzinger ha informado a las mujeres la manera en que debemos vivir para ganarnos el reino de los cielos, aunque en este mundo nos "vaya como en feria", limitemos nuestro crecimiento como seres humanos, evitemos el encontrarnos a nosotras mismas y vivamos plenamente como mujeres.

Este "señor" (que de no ser cardenal me imagino que podría ser un típico marido machista del siglo XVII viviendo plenamente en éste) nos dice que deberemos mantenernos fieles a nuestro carácter conyugal, como si este carácter fuera nada más cosa de mujeres. La fidelidad, creo sinceramente, es un comportamiento decidido en ambos lados de la cama y previamente debiera ser pactado y no impuesto entre AMBOS miembros de la pareja.

También nos recomienda luchar contra la sexualidad polimorfa y no desear con concupiscencia, aunque no comprendo exactamente hacia dónde lo enfoca. Creo que cada cual vive su sexualidad como desea hacerlo y nadie, absolutamente, tiene derecho a intervenir en ello. ¿Se trata de cambios en los gustos sexuales en cuanto al género o, simplemente al cambio y variedad del juego y del coito? No sé lo que el cardenal Ratzinger quiere decir, a lo mejor ni él mismo lo sabe... No debería, ya que es un sacerdote católico y ellos, por escogencia, no tienen por qué conocer la sexualidad de las mujeres. Para él, ¿cuáles son los placeres deshonestos hablando de sexualidad? Para mí, los que se han dado en algunos seminarios, los que han ganado la conciencia y comportamiento de ministros de la iglesia católica que se han aprovechado precisamente de su investidura para dejar salir, ahora sí, su sexualidad polimorfa y sus deseos de concupiscencia.

De todo lo que me enteré que este señor Ratzinger dijo, lo más impactante, ha sido su recomendación para que vivamos cuidando al otro para el que hemos sido creadas. ¿...Perdón...? Yo fui creada para mí, así tiene que ser. Y todos hemos sido creados para nosotros mismos, para que nos encontremos, desarrollemos, crezcamos y vivamos de acuerdo con lo que queremos hacer de nuestra vida, incluso compartirla con el ser que amamos. No pertenecemos a nadie más que a nosotros mismos y eso es precisamente lo que nos diferencia de los objetos y animales, que sí tienen dueños y forman parte de un pequeño o grande capital. Las mujeres, como los hombres, no hemos sido creados para ser de alguien más, aunque todavía en algunas partes del mundo que habitamos se viva de esa manera vergonzosa. Ciertamente, la iglesia católica envía ese mensaje de sumisión y ausencia de autovaloración a las mujeres del mundo, manteniendo con ello la dominación mental, emocional y física sobre el género... o al menos, eso pretenden.

Mientras comentaba con mi hija de 24 años este asunto, ella me decía algo que creo arroja luz sobre lo que la juventud actual siente y piensa: "No me siento parte de ello". Y es así. Las nuevas generaciones viven su religiosidad de otra manera, si es que la tienen; las mujeres saben que afuera hay un mundo inmenso esperándolas, que las oportunidades para sentirse plenas y satisfechas con su vida están allí, esperando ser identificadas y tomadas, así tengan sean jóvenes, maduras o ancianas.

Durante mi adolescencia y juventud viví mi religiosidad católica con entusiasmo y entrega. Aprendí muchas cosas positivas y crecí en mi relación con la Fuente, con el Gran Titiritero. En el camino he aprendido que eso es lo valioso. Los intermediarios y sus pretensiones y mañas... quedaron tirados en el camino, aunque a veces las noticias lejanas y ahora ajenas, me revuelvan el estómago o coagulen la sangre.

domingo, septiembre 19, 2004

Yo y yo

Salí corriendo de la oficina, viernes por la noche, ansiosa de llegar a casa para descansar. El bullicio del tráfico ya no era motivo de queja, estaba adaptada a él aunque seguía soñando con vivir en el campo -lejano y plácido campo- en donde por las noches sólo escuchara el canto de los grillos y el de mi respiración. Pero todavía no podía darme ese lujo, debía esperar unos buenos años aún.

Ya pensando en el momento de la jubilación, daba vueltas en mi mente sobre lo que debía hacer cuando tuviera que abandonar mi vida de hace 30 años: levantarme por la madrugada para salir corriendo hacia una oficina, pasar mi día completo en ella y salir por la noche, buscando el descanso. Y me pareció que tomar un curso de cocina debía ser maravilloso; más que una tarea, me parecía un arte.

Llegué a casa finalmente, comí algo liviano y me puse a trabajar. Sentada frente a la pantalla de la pc, revisaba mi correo. Decenas de mensajes llegaban, uno tras otro. Incluso los que yo misma me enviaba desde la oficina, con material para trabajar o algunos apuntes importantes. Me llamó la atención uno enviado por mí esa misma tarde, pero que no recordaba haber escrito. Lo leí y tuve que releerlo porque no comprendía de qué se trataba. Revisé el remitente y sí, era yo misma. Pero ¿en qué momento lo escribí? No recordaba. Sin embargo, conforme iba posando los ojos en cada línea, identificando el contorno de cada letra, reuniendo en el cerebro el mensaje, iba dándole forma a la idea que estaba intentando captar desde mi cómoda silla.

Finalmente me di cuenta que estaba escribiendo acerca de MIS clases de cocina y, lo más importante, desde mi propia casa ubicada, sí, ¡en el campo! No podía dar crédito a lo que leía, así que me levanté a tomar un vaso de agua y despejar mi cabeza, no fuera que estuviera dormida sin darme cuenta.

Volví a la pc, pero allí seguía el mensaje. Entonces, como en un acto reflejo, decidí responderme. No supe exactamente cómo explicar la "sensación" que tuve escribiéndome a mí misma. Cuando vi "nuestros" nombres, es decir, el de remitente y destinataria, iguales, con las mismas letras, el mismo sonido al repetirlos, la misma cadencia... Esto ya lo hacía bastante raro. El texto del mensaje era esa conversación mía conmigo y me dio no sé qué, como un escalofrío en el corazón, como una comezoncita en el alma, no puedo definirlo bien.

Empecé a escribirme y quise contarme algo: cuando tenía 5 ó 6 años, una vez que estaba enferma, mamá se sentó a la orilla de mi cama a conversar y le pregunté cómo era eso de las siete personas iguales en el mundo; ella empezó a hablar y, estoy segura de ello, para entretenerme un poco, cambió la historia y me dijo que habíamos siete con el mismo nombre y que, quién sabría si no encontraría a una mujer rubia, a una pelirroja o a una negra con mi nombre. En ese momento, siendo tan niña, me impacté. A estas alturas de mi vida, lo que me impactaba era que sí, era verdad, había otra yo del otro lado de la pc, en algún lugar virtual, Y ESTABA HABLANDO CON ELLA QUE ERA YO.

Claro, cuando llegó la respuesta ya sabía lo que encontraría. Ambas teníamos la misma edad, los mismos gustos, escribíamos poesía, leíamos en nuestros ratos libres, aunque yo vivía en la ciudad que yo siempre quise vivir y trabajaba en donde yo siempre quise trabajar. Por supuesto, nuestros padres eran los mismos y nuestros hermanos también.

¿Sabés qué pienso? me dije. Que tenés algunas cosas, partes, trozos de vida que a mí me gustaría tener pero que no poseo. Y yo tengo los que a ti te hacen falta.

Esa noche apagué la pc con un cosquilleo en el alma, como si la sangre me corriera en las venas al ritmo de un merengue.

Esta correspondencia virtual se prolongó por algunas semanas. Cada día me descubría rasgos iguales, gustos exactos, pensamientos paralelos, sentimientos calcados. Llegó un momento en el que los mensajes ya no los escribía completos, porque yo empezaba acá un párrafo y antes de siquiera pensarlo, venía mi mensaje de allá con la última parte de él o a la inversa. Así que seguí jugando a completar pensamientos conmigo misma.

Al cumplirse el día 28, ya no era necesario enviar mensajes. Tenía 2 ó 3 días de iniciar un pensamiento aquí y completarlo allá, o de empezar a sonreírme allá al recordar mis experiencias y terminar riéndome acá por el mismo recuerdo.

Hoy es el día 30. Esta mañana, al despertar, quise levantarme de la cama para encender la pc y encontrarme. Pero no pude. Me vi sentada en la silla, escribiendo como siempre. Cuando quise palpar mis carnes y huesos, no pude encontrarlos. Corrí hasta el espejo... y no pude verme. Ahora me pregunto qué haré para decirme a mí misma que me perdí, que no me encuentro. Aunque tal vez podré hallarme cuando encienda nuevamente la pc.

domingo, septiembre 12, 2004

Tiempo

Hace tiempo ya, treinta años largos y llenos de vivencias, vivíamos una época oscura en la historia guatemalteca. Entonces, entre las carreras de la semana, una tarde se pasó la voz y nos invitaron a conocer a un grupo de músicos que cantaban folklore y protesta; siendo jóvenes y transgresores como éramos, nos unimos a un mar de gente que a cielo abierto y despejado, esperaba expectante a que se presentaran. Venían de lejos, muy lejos, de Argentina, y su música y letras eran de muchos cantores del enorme sur, que nos regalaron en ese pequeño concierto que nos hizo sentir más fuertes, unidos y decididos.

Y como el tiempo es implacable, pasó raudo y veloz y pasé sin escucharlos más que en los discos de vinil, pero en los 80's volví a saber de ellos. Llegaron de vuelta a mi país y volvieron a usar su magia para reunir a miles de personas en otro concierto al aire libre.

Esta semana, vi la publicidad en los diarios. Y se me ocurrió invitar a mi hija para que me acompañara. Ella creció escuchando su música. Casi sin tiempo para conseguir las entradas, nos apresuramos y encontramos ubicación cercana al escenario. Entre mucho alborozo, aplausos y alegría, iniciaron el concierto. El Quinteto Tiempo, que ha permanecido fiel a sus inicios, nos llevó de la mano por el largo, largo camino en el tiempo, habiéndonos hecho recordar no sólo el primer encuentro, sino los temores, frustraciones y dolor que se vivió en esos días. También los sueños, ilusiones y anhelos, algunos de los cuales - a través del tiempo- hemos logrado realizar.

Una de las situaciones interesantes es que ahora llegaron auspiciados por el Instituto Interamericano de Derechos Humanos, conjuntamente con la Secretaría de Justicia de Argentina; y su viaje actual por América Central está también auspiciada por los organismos más representativos del quehacer en búsqueda del bienestar de los centroamericanos. Ya no nos preocupamos de ser "fichados" por acudir a escucharlos.

Fue algo casi mágico lo que vivimos. Reencontré la emoción con algunas interpretaciones antañonas que me dieron oportunidad de retrospeccionar en mí misma para verificar que a veces sacrificamos nuestros anhelos por otras comodidades, por algunas responsabilidades pero que, finalmente, el tiempo mismo nos brinda la medicina para sanar heridas o tristezas. Ese mismo tiempo que se nos escapa entre los dedos -¡treinta años!- a veces nos transforma, nos moldea, nos lleva de la mano o nos saca del camino. Reconocí que aquella sangre joven, rebelde, atrevida, transgresora, ahora es más razonable, medita, analiza y piensa. Creo que esa es la diferencia: que antes me dejaba llevar por lo que sentía, ahora es a la inversa, pienso más antes de actuar. Pero a veces, como esa noche, abro el dique a las emociones y vuelven a salir mi voz y mis sentimientos a raudales, para decir lo que es una verdad irrefutable: a pesar de que vivimos un tiempo aparentemente diferente, que las tres décadas transcurridas se han llevado consigo muchas vidas, muchas ilusiones y han propiciado cambios, el fondo de la protesta sigue siendo la misma porque las cosas, en verdad y de fondo, no han cambiado. Y no hablo de política, hablo del egoísmo y avaricia de nosotros, los seres humanos comunes y corrientes, que por mantener nuestro estatus y comodidades hemos olvidado -o pretendido olvidar- lo que nuestra sangre joven sabía y conocía muy bien. Y en ese "olvido" o ver hacia otro lado, hemos dejado que la injusticia y el abuso continúen campantes sin ningún costo.

Lo importante, creo, es no terminar nuestros días sin haber hecho el esfuerzo por cambiar las cosas. "Por dar vuelta al viento, como la taba..." Así como el Quinteto Tiempo nos enseña.

sábado, septiembre 04, 2004

Un largo camino nos espera

Francisco Reyes López, ex-vicepresidente de Guatemala del gobierno del FRG recién pasado, fue arrestado el pasado julio para ser procesado penalmente. Está siendo juzgado por haber intentado apropiarse de un inmueble del Patronato Antialcohólico, valuado en Q26 millones (unos US$3.25 millones). A pesar de haber pretendido evadir la acción internándose en un sanatorio privado propiedad del ex-ministro de Salud Pública de su mismo gobierno y actual diputado por el FRG, médicos del Estado evaluaron su salud y determinaron que no era necesaria su reclusión en ningún centro de salud por lo que juez competente dictó orden de aprensión y fue conducido a la prisión. En días posteriores debió presentarse al juzgado para dar declaraciones, aunque no sin haber demorado la acción al presentar una demanda en contra del Estado: contravenir la orden que señala que los reos deben portar un traje naranja para diferenciarse de los usuarios de los tribunales, por medidas de seguridad. Finalmente no se presentó, enviando a sus abogados en representación y aduciendo que su presencia no era obligatoria pues es sólo un derecho que se otorga a los detenidos.
La demanda -que se presentó ante la Corte de Constitucionalidad- inicialmente fallada en contra pero al final, a favor (fuera de todo contexto), modificó la resolución sobre una acción de inconstitucionalidad en el uso del overol naranja y favoreció al ex vicepresidente y con él, a todos los ex funcionarios del gobierno anterior detenidos por diferentes razones pero que pueden englobarse en una sola: robo descarado de los bienes del Estado. La CC llevó a cabo una larga sesión en donde los magistrados miembros del FRG, partido gobernante anterior, cumplieron a cabalidad con su tarea de "taparse todos con la misma chamarra".Según los abogados defensores, dicha norma atenta contra la dignidad y los derechos humanos de los reos. Según una fuente de la CC, los magistrados que favorecieron la acción basaron su voto en que "cualquiera podría vivir esa situación y sería muy indigno vestir el traje". La CC emitió el fallo basándose en los siguientes argumentos: Violación a los derechos humanos de quienes portan el traje anaranjado. Los reos sufren denigración en su dignidad.

Me imagino que el señor Reyes López sentía mucha vergüenza de sentirse dentro del uniforme más conocido del país, aunque nunca sintió vergüenza al cometer las fechorías que se le impugnan, más otras "que pasaron de noche", como decimos acá, y que nunca fueron ni siquiera denunciadas pues se cometieron durante su co-gobierno. Se sentirá indigno al verse vestido de naranja y reconocido por todos aquellos que lo encuentren en esa condición, pero no piensa en lo indigno de su actuación prepotente y abusiva durante su desempeño como la segunda fuerza dentro del Poder Ejecutivo de esta nación.

"Es deplorablemente sorprendente advertir que la conciencia de algunos magistrados es manipulada por un titiritero lejano, que decide cómo se resuelven las cosas en el seno de la CC, y resulta muy fácil establecer quién es el titiritero y quiénes los títeres", dijeron los miebros de la CC que votaron en contra. Este titiritero es Efraín Ríos Montt, el líder del FRG y ex presidente del Congreso de la República, actualmente privado de su libertad de locomoción ya que fue sentenciado a prisión domiciliar, que lo limita a movilizarse dentro del departamento de Guatemala. Ríos Montt está siendo juzgado por la muerte de un periodista durante los disturbios del llamado "jueves negro", en donde turbas coordinadas por el FRG hicieron destrozos y mantuvieron atemorizada a los habitantes de la ciudad capital, durante una jornada de "adhesión" a Ríos Montt y su partido gobernante.

Pero volviendo al tema de Reyes López, mi entusiasmo de la semana pasada se ha visto oscurecido -espero que temporalmente- por esta acción de la Corte de Constitucionalidad que evidencia que la mafia continúa ejerciendo poder en muchas esferas del Estado y que no será fácil ni pronto que nos veremos libres de ella. Sus tentáculos están en todas partes creando problemas e inestabilidad a fin de debilitar las acciones del gobierno actual que, como lo prometiera en campaña y está tratando de cumplir, amenazando la seguridad que les ha otorgado la impunidad.

Son cientos de delitos cometidos por muchos ex funcionarios de primera línea del FRG y algunos están ya en prisión preventiva mientras son juzgados, aunque por ahora vivan en un semihotel de lujo en donde pueden dormir tranquilos sin las amenazas a las que se enfrentan permanentemente los demás reos. Televisión, heladeras, camas cómodas y confortables... todavía tener "conectes" es sinónimo de evasión en este país. Sin embargo, la confianza en la justicia nos mantiene alertas.

Falta mucho por hacer. Esto todavía es el principio. Aunque saberlos guardando prisión es un aliciente o, más aún, el inicio del resarcimiento y el desagravio. Sólo el inicio. Falta que sean sentenciados.

Vamos llegando

Durante la primera visita del pontífice católico a Guatemala en 1983 y habiéndose alojado Karol Wojtyla y su delegación en la Nunciatura Apostólica en nuestra ciudad, un grupo de jóvenes universitarios rodearon la residencia vaticana y pasaron muchas horas cantando al Papa, quien salió a la verja del jardín y estuvo escuchándolos pacientemente, sonriendo, durante un buen rato. Decidimos unirnos a la fiesta y salimos hacia allí -mi madre, mi hermana y yo- para compartir la vivencia. Un contingente del ejército nacional vigilaba la manzana de la Nunciatura y era un teniente kaibil (nombre dado a los oficiales entrenados en el Centro de Adiestramiento y Operaciones Especiales del Ejército y que significa "Hombre Estratega, el que tiene la astucia de dos tigres") quien coordinaba la operación.

Los kaibiles deben su nombre a un rey del Imperio Mam, quien gracias a su astucia nunca fue capturado por los conquistadores españoles comandados por Pedro de Alvarado. Este teniente, a quien llamaré Juan García porque mi memoria me traiciona, era un joven apacible de unos 28 años, que después de esa noche empezó a frecuentar a mi hermana, que también era jovencita por esos días. En una ocasión, mientras celebrábamos algún cumpleaños o algo que tampoco recuerdo, al calor de un par de whiskies, Juan se puso platicador. Y ya que vivíamos aún el tiempo de las botas y las boinas (los kaibiles las usan todavía) una cosa llevó a la otra y la conversación se centró en lo que muchos de los presentes sospechábamos o habíamos escuchado contar, pero que hasta ese momento no nos había sido confirmado. Fue Juan quien empezó su relato con aires de valentía y ufanándose de sus hazañas, pero que terminó entre sollozos mientras los demás escuchábamos horrorizados su experiencia en la montaña, cuando patrullaban las aldeas y caseríos del nor-occidente de mi país.

Todavía recuerdo su rostro sudoroso, los ojos llenos de lágrimas y su esfuerzo por mantener el control y no romper a llorar. Los actos que nos fueron relatados -pruebas que debió pasar para demostrar que era un kaibil de verdad- quedaron presentes en mí porque es algo más fuerte que la razón, queda grabado en la conciencia.Y esta tarde, mientras veía por HBO a la detective superintendente Jane Tennison, de Scotland Yard, desbaratando el andamiaje de un criminal de guerra en Bosnia, lo recordé. Durante estas dos ediciones de Prime Suspect pude ver la muy buena interpretación de Helen Mirren, ya fuera asombrándose, horrorizándose o llegando hasta las lágrimas al ver fotografías de cadáveres apilados o imaginando musulmanes masacrados. Y estas escenas, precisamente, que desnudan el dolor de las mujeres ante los cadáveres de sus hombres -hijos, maridos o padres- me llevaron a las que repetí recientemente con aquella documental -también en HBO- acerca de Dominga, la sobreviviente de una de las masacres que se realizaron en Guatemala y que van formando el rompecabezas que, estoy segura -¿o quiero estarlo?- algún día terminaremos de construir todos los latinoamericanos.Chile quiere dar un paso decisivo y vuelven a intentar enjuiciar a Pinochet. Sí, sí. Ya sé que económicamente ese país se levantó y ahora están cerca de ser un país desarrollado, pero... ¿vale la pena vender la conciencia por eso? ¿O es que para que nos desarrollemos y crezcamos, para que dejemos de ser subdesarrollados debemos pagar con la vida de nuestros compatriotas y callarnos para siempre?Creo firmemente que no tendremos paz, al menos en mi país, mientras no hagamos girar la rueda de la justicia. Mientras no tengamos el valor de hacer pagar al que debe. Mientras no nos levantemos sobre nuestros pies, orgullosos de nuestro coraje y nuestra valentía, sin olvidarnos que antes que nosotros, muchos otros murieron por la libertad, la igualdad y la justicia. Para que seamos nosotros y nuestros hijos, los usufructurarios de esa vida.