jueves, febrero 10, 2005

Un mercado apasionante

Esta mañana fui de compras al Mercado Central de la ciudad de Guatemala. Es una manzana de terreno enclavada en pleno centro histórico, a espaldas de la Catedral Metropolitana y a dos cuadras del Parque Central y del Palacio Nacional (las oficinas del Poder Ejecutivo). El edificio original de este mercado, construido a finales de 1800, de un solo piso, contaba con una entrada en cada esquina de la manzana y locales comerciales en el costado que miraba al este (viví durante dos años en la acera de enfrente y lo conocí muy bien), pero tuvo que ser derrumbado en 1976, después del terremoto del 4 de Febrero que sacudió gran parte de nuestro territorio y que causó graves daños en su vieja estructura. En los años posteriores se inauguró el edificio que ahora alberga a los "marchantes" de antaño y a muchos otros que se han ido sumando al comercio en este lugar.

Podría decir que es un mercado común y corriente, pero estaría mintiendo. El "Central", como le llamamos coloquialmente, ofrece en su seno variedad de productos. Al pensar en su reconstrucción, se agregaron dos niveles al único antes existente, de tal manera que a nivel de la calle -en lo que sería el techo- hay un parqueo para vehículos livianos que alivia el viacrucis de los capitalinos que llegan al centro de la ciudad.

Inmediatamente, en los dos primeros niveles están ubicadas las tiendas de artesanías: telas típicas en prendas de vestir, mantelería, cojines y forros de muebles; recipientes para decoración o para la cocina y mesa, hechos en madera o en vidrio; alfarería y objetos de decoración en barro y arcilla; canastos de toda clase y tamaño hechos en palma de varias tipos, mimbre, hojas de pino, carrizo y más; flores de papel, de semillas u hojas secas de maíz; bisutería y joyería en plata y jade; juguetes de trapo o madera y muchas cosas más que sería muy largo enumerar.

En el nivel más bajo se encuentran las ventas de legumbres y frutas, carnicerías y otros alimentos. También las maravillosas y variadas flores, tanto las de estación como las que se dan en todo el año. En este mismo espacio están los "comedores", que son los locales que sirven comida típica, elaborada por personas que conocen muy bien las recetas antañonas y que cocinan con los mismos ingredientes que han sido utilizados por siglos. El departamento de Sanidad del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social se ha preocupado de vigilar de cerca la higiene con que son cocinados y servidos estos platillos, siendo que tanto propios como visitantes buscamos, en algún momento, satisfacer nuestro paladar con los sabores fuertes y variados de nuestra cocina.

En este mercado convergen una enorme cantidad de guatemaltecos diariamente para adquirir los alimentos que servirán en sus hogares o negocios, así como los miles de turistas que llegan a nuestra ciudad y desean encontrar, en un mismo lugar, toda la variedad de productos que nuestra tierra nos brinda así como las maravillas que elaboran las manos de hombres y mujeres herederos de un arte que se remonta a cientos de años.

Guatemala es un país de contrastes. La parte positiva y linda de ellos refleja nuestra herencia maya y española, colorida y llena de aromas y sabores.

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