Esta semana las noticias se sucedieron como aguaceros de mayo. De esa lluvia que se espera con ansias porque la temporada seca y calurosa nos vuelve locos, así que el dicho popular de "como agua de mayo" se aplica en cada letra.
• Saber que Romeo Lucas García, ex-presidente de Guatemala entre 1978 y 1982 -el inicio de la temporada más oscura y sangrienta de nuestra historia- había muerto, finalmente, después de muchos años de vivir (?) en Venezuela, perdido en sus laberintos de olvido y, ojalá, fantasmas y dolores de conciencia, fue una mezcla de alivio y dolor. Alivio porque el planeta se deshizo de un sátrapa más, de un aniquilador contumaz, de un vampiro espiritual; dolor, porque el Alzheimer lo mantuvo a salvo del juicio que debió hacérsele en su momento por los miles de hombres, mujeres y niños que durante su régimen fueron exterminados con saña y sin ningún respeto a su condición de seres humanos. Nada en este planeta justifica las muertes ordenadas y maquinadas por este terrible militar que llevaba sobre la espalda de su conciencia y que, ojalá, si existe una vida más allá de ésta, le sea cobrada la factura.
• Un despacho internacional llegó a los noticieros y diarios de nuestro país, el jueves mediando el día. En él se decía que Donaldo Álvarez Ruiz, el ex-ministro de Gobernación del gobierno de Lucas García, había sido apresado en una ciudad de EEUU. Si la noticia comentada anteriormente no nos dio paz, ésta prendió la mecha de la esperanza porque, finalmente, se empezaría a mover la rueda de la justicia. Sin embargo, esta mañana apareció en los diarios la aclaración del departamento de prensa de la embajada norteamericana en Guatemala: "Interpol niega captura de Donaldo Álvarez Ruiz en Estados Unidos". Quiero pensar que todo se debió a una lamentable confusión...
• A estos personajes se les responsabiliza de uno de los episodios más oscuros de la historia nacional: la quema de la embajada de España, en 1980, luego de que un grupo de campesinos tomara la sede, cuya suerte se decidió en el Palacio Nacional. El padre de la premio Nobel, Rigoberta Menchú, perdió la vida en este incidente.
Conozca el perfil de este criminal:
http://www.esmas.com/noticierostelevisa/mexico/412677.html
• Sin embargo, no todo es negativo. Una niña del interior que vive en la cumbre de Los Cuchumatanes en el departamento de Huehuetenango, tiene una atrofia en el rostro. Un citadino llamado Leonel fue de paseo a esos alejados parajes y la encontró jugando rodeada de otros niños. Ninguno de sus compañeros y amigos hizo alusión a la deformidad de "La Niña de la Derecha" -como Leonel la nombra en su sentido relato debido a que en una foto que le tomaron, ella está ubicada a la derecha de otra niña preciosa- ni los visitantes hicieron comentario alguno hasta que observaron las fotografías en la comodidad de su hogar. Este hombre, con enorme sentimiento y haciendo un "mea culpa" impresionante por su indiferencia -personal y familiar- hacia la niña durante su estadía en la cumbre, ha iniciado una cadena para despertar conciencias, para buscar la disposición al servicio, de acciones para ayudar no sólo a "La Niña de la Derecha" sino a los demás "patojos" que viven en esa pequeña y fría comunidad ubicada a más de 3000 pies de altura. Hace un par de noches Leonel nos informó que un grupo de profesionales -cirujano plástico, abogado, sicóloga- viajará a reconocer a la Niña de la Derecha y tendrá una entrevista con ella, su familia y líderes de la comunidad. Aunque claro, por razones culturales se debe actuar con mucha prudencia, estamos en el camino de conocer el cambio que tendrá la vida de esta pequeña. Es agradable constatar que todavía corren vientos de vida y esperanza en esta tierra.
Hasta la semana que viene.
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