miércoles, marzo 30, 2005

LAS TRADICIONES Y LA TECNOLOGÍA

Esta temporada del año, nuestro pequeño verano cálido, siempre viene cargado de cosas maravillosas. La ciudad se viste de colores con los árboles en flor, pintando de lila las jacarandas, los cercos de buganvilias con los tradicionales rojo, fucsia y blanco, además de los nuevos colores salidos de las manos de los jardineros que han hecho maravillas con los injertos y han conseguido toda una paleta de tonos, así como de tamaños y formas.

Los días soleados pero brumosos, cálidos y secos, que nos hacen pensar en buscar las playas negras de arena volcánica de nuestro litoral en el Pacífico, sobre todo, o de nuestros lagos y ríos, se entrelazan con el deseo de permanecer en la ciudad para disfrutar de las antiguas tradiciones religiosas, así como de las que son conservadas en las cocinas guatemaltecas.

Si durante la Semana Santa nos decidimos a permanecer en la ciudad en que vivimos, muy probablemente tendremos que sufrir los congestionamientos de tránsito provocados por las procesiones que salen de muchas iglesias católicas, ubicadas en el Centro Histórico de la capital o en los barrios más antiguos y llenos de leyendas del resto de nuestro país. En el trazo del recorrido de cada una de ellas, los vecinos se darán a la tarea de elaborar vistosas alfombras con aserrín de colores, flores, frutas y muchos otros ingredientes, así como adornarán los balcones de las casas antañonas con ramos de flores y palmas, moños de satín o papel en cualquier tono de morado, lila, amarillo y blanco.

Sin embargo, si se sufre de desesperación porque se ha encontrado con uno de estos embotellamientos, será porque no tomó la precaución de investigar en los periódicos, radios o en internet cuáles serían los recorridos de cada una de las procesiones, así como los días y horas en que se llevarán a cabo. La tradición católica, que es uno de los pilares más importantes para el atractivo turístico de nuestro país en el extranjero, ha debido modernizarse de esta manera dándose cuenta que esto le reporta muchos más beneficios para su desarrollo.

Para las procesiones existen algunas "andas" (en las procesiones más antiguas e importantes) que cuentan hasta con 220 brazos (esto es, 220 cargadores para la plataforma en la que se efectúa la decoración anual, cada iglesia con la propia y en la que se colocan las imágenes de Jesús, María, María Magdalena, Juan, ángeles y demás acompañantes) y cada brazo tendrá un turno, que significa que recorrerá una distancia que puede variar por una, dos, tres cuadras; estos turnos, claro está, tienen un valor en metálico que ingresa directamente a las cajas de cada iglesia o hermandad. Cada procesión es acompañada por los "cucuruchos", los cargadores de ella, que van uniformados con sus trajes tradicionales en morado lila o negro. Dependerá de qué procesión carguen para usar el uniforme adecuado. Los fieles o simplemente los que gustan de admirarlas, se colocan en las aceras de lado y lado de la calle, por todo el recorrido, para ver pasar las diferentes andas de cada procesión, que también van acompañadas de la banda de música sacra, los inciensarios, flores y demás integrantes del desfile. También las hay que llevan "soldados romanos". Muchas personas estarán filmando y grabando -música sacra incluída- cada procesión, con la tecnología más avanzada del mercado.

Sin embargo, en nuestra familia no acostumbramos salir a ver procesiones. Siendo enemigos de las aglomeraciones y riesgos que hacerlo implica, decidimos quedarnos en casa, disfrutando del descanso y cuidando nuestras pocas pero muy queridas posesiones. De tal manera, que pensar en qué comeremos resulta de lo más lógico. Así que, nuevamente, vuelven las tradiciones a hacerse presentes, haciéndonos buscar -como millones de guatemaltecos- todos los ingredientes que se transformarán en el bacalao a la Vizcaína o con verduras, los jocotes de corona en dulce, los garbanzos en dulce, las torrejas y muchas otras delicias que llenan nuestros estómagos pero también nuestras mentes y corazones de lindas nostalgias.

Este año decidimos poner manos a la obra en casa y mi madre y yo entramos a la cocina ayer por la tarde para hacer los garbanzos con panela o rapadura, que no es otra cosa que el azúcar sin terminar de procesar, todavía morena, con ese maravilloso sabor de caña. Éste sería el postre.

Esta mañana serví de asistente a mi madre para preparar el bacalao a la Vizcaína (ese pescado que a Bocha no le gusta), que ella cocinó durante décadas para delicia de mi padre y que aprendió de su abuela, mi bisabuela Mita, cuando todo se hacía manualmente sin contar con los auxilios del procesador de alimentos, la licuadora o el horno de micro-ondas. Ahora, de la mano con la tecnología, es mucho más fácil la vida al cocinar, pero el resultado sigue siendo el mismo maravilloso y delicioso sabor de cada plato elaborado con amor y dedicación, para que nuestras tradiciones perduren, de generación en generación.

¡Felices Pascuas de Resurrección para todos!

http://www.geocities.com/miltonamado/photo.htm
http://www.mayaexplor.com/pages/antigua%20procesion.html
http://www.prensalibre.com/suplementos/RYS/ssanta/procesiones/1.htm
http://www.guate360.com/blog/

No hay comentarios.: