viernes, febrero 24, 2006

EI DÍA DE SAN VALENTÍN


Otra vez llegó el Día de San Valentín, con su cargamento de rosas rojas, tarjetas por correo tradicional y electrónico, cajas con forma de corazón llenas de chocolates rellenos de guindas, mentas y toffies. Si querés comer ese día en algún restaurante, hay que hacer reservaciones con un par de semanas de anticipación. Ni McDonalds' se salva de los llenos absolutos. Los bares y boites eligen sus mejores programas para esa noche y la visita de cantantes de renombre no se hacen esperar. Todo el mes de febrero está envuelto en tules rosados que emiten lucecitas de colores y sonidos de arpas... para los enamorados, muy enamorados.

Es interesante ver de qué manera se esperan los acontecimientos de esta fecha. Proliferan los "pequeños" regalos, aquellos que durarán lo que un enamoramiento de verano: una taza llena de chocolatines, un florero con minúsculas flores de seda, muñecos con ojos enormes y nostálgicos, osos de peluche casi siempre de mala calidad. Todos esllos cumplirán con el propósito de llegar a las manos de una dama ansiosa que piensa que, de no recibir alguna de estas "muestras", su media naranja no la quiere de verdad. Por supuesto que las dávidas tiene gradaciones y llegarán también los discos de cantantes románticos, ropas, perfumes y viajes a la Luna, todo con tal de agradar.

También ellos esperarán a que el motivo de su ansiedad amorosa esté preparada para celebrar. Y algun@s habrá que correrán de un lugar al otro cumpliendo con el mismo ritual en dos ocasiones... si me explico.

Los hay que no saldrán a "celebrar" fuera de su casa, sino que se esforzarán por preparar dentro el ambiente favorable para una celebración especial. Tal vez incluyan aromáticos inciensos, flores frescas y naturales en los jarrones, luces tenues, música suave y romántica... Y, por supuesto, una suculenta y deliciosa cena acompañada de espiritosas bebidas, por aquello de que a los hombres también se les conquista por el estómago.

Muchos románticos aprovecharán la fecha para tomar decisiones importantes. Se esforzarán para EL MOMENTO, darán el paso y entregarán el anillo de compromiso. Hay que aprovechar la ola, así que todo el ambiente influyente probablemente abonará el terreno para que la semilla germine.

San Valentín, allá arriba, sentadito en su nube lila, cantando melodías dulces y lanzando pétalos de rosas, sonreirá pensando que, por esta sola vez en el año, los humanos consumistas tratan, en la medida de lo posible, de agradar y dar felicidad -de esta manera extraña- a sus parejas. Los que no caen en ese juego ni se dejan convencer por la publicidad atronadora, seguirán amando en silencio...

Así como existen los que aman de otra manera, profunda y libremente y que entonan, como en un himno, las frases de Joaquín Sabina: ...lo que yo quiero / es que mueras por mí / Y morirme contigo si te matas / y matarme contigo si te mueres / porque el amor cuando no muere mata / porque amores que matan nunca mueren.

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