viernes, marzo 03, 2006

PABLO


Hace algunos años, una de las muy esperadas presentaciones de este cantautor cubano se suspendió debido a que sufrió un accidente y tuvo que ser intervenido quirúrgicamente. Fuimos muchos los que nos sentimos frustrados en ese momento, aunque continuamos escuchando sus temas con regularidad, asimilándolos con el mismo entusiasmo y asombro de la primera vez.

A principio de este mes, llegó por correo electrónico la primera comunicación de que se presentaría en nuestro país, lo que provocó una inmediata reacción entre sus seguidores -incluyéndonos- de tal manera que las entradas para el concierto fueron vendidas con celeridad.

Anoche salimos de nuestros trabajos directamente al centro de convenciones en donde se presentó y aunque llegamos con muy buen tiempo de anticipación, ya habían enormes filas de automóviles para entrar a los tres sótanos de estacionamiento. Ni hablar de la cantidad de personas que ya estaban sentadas, ansiosas pero muy compuestas, escuchando los primeros acordes del grupo que abrió el espectáculo. Cuando estos jóvenes guatemaltecos finalizaron su interpretación, inmediatamente salieron al escenario en penumbra los técnicos en sonido y demás involucrados en hacer que las cosas funcionen bien, para que Pablo Milanés apareciera vistiendo -como siempre- muy sencillamente, con paso tranquilo y pausado, hasta la silla en el centro del escenario en donde le esperaban el micrófono y su guitarra.

Durante el tiempo que duró la presentación -aproximadamente una hora y cuarenta y cinco minutos- se sonaron los nuevos temas de su último CD, Como un Campo de Maíz. Más de seis mil personas entonamos sus éxitos más conocidos, en una explosión de emociones conocidas, de melancólicos recuerdos, de apasionados acordes. El poder de convocatoria de este fabuloso cantautor es impresionante, pues allí nos dimos cita muchas generaciones, todas amantes tanto de la música cadenciosa y vibrante como de las letras profundas, confrontativas a la vida misma o alegóricas y felices de sus composiciones.

Milanés canta al amor en todos sus estadios, en todas sus figuras y colores. Desde el arrebato del inicio de un romance, pasando por el amor filial, el profundo amor al lugar en donde se nace y vive, a las experiencias sociales que ha vivido o a la inevitable separación de dos amantes que llegaron al final del camino de su convivencia. Nada queda en el tintero de este sabio del sentimiento.

El final llegó intempestivamente, como en estos casos, pero la ovación ininterrumpida, de pie y acompañada de voces para que volviera, lo hicieron regresar -como también lo hacen todos los intérpretes- para cerrar la noche con "Yo no te pido", coreada y acompañada por miles de voces y palmas.

Su cumpleaños 63 fue celebrado anoche entre amigos. Todos ofrendamos nuestra atención y entusiasmo y Pablo nos regaló su entrega y profesionalismo. Fue una noche que perdurará en nuestros recuerdos.

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