lunes, enero 09, 2006

EL ROMPECABEZAS

La adversidad ha estado presente en la historia de la humanidad. Enfrentarla y vencerla ha hecho fuerte a nuestra especie y nos ha permitido llegar a donde estamos. Por supuesto, no todos los humanos que habitamos el planeta tenemos el mismo nivel de vida; no todos tenemos las mismas oportunidades ni padecemos las mismas penurias.

Cada vida es diferente y nuestra actitud para enfrentar lo que nos toca vivir es realmente lo que nos hace llegar o no a concretar nuestras metas. Nuestros sueños de niños, nuestras ilusiones de adolescentes, nuestros anhelos de seres adultos, todos ellos, pueden ser realidad si mantenemos en nuestra mente clara la idea de lo que deseamos alcanzar; si nuestro esfuerzo diario es enfocado para vencer obstáculos y cristalizar nuestros proyectos.

El mismo hecho, tocando las vidas de varias personas, repercutirá de manera diferente en cada una de ellas y será procesado de muy distinta manera. Lo que para una puede significar un reto, para otra puede ser el final de su existencia, pues se entregará resignadamente al fracaso. Un fracaso que no es otra cosa que el negarse a actuar, no responsabilizarse por el resultado de nuestras escogencias y culpar a los demás -al clima, a la política, a los ángeles o demonios- de lo que nos pasa o deja de pasar.

Mantener la vista fija en el horizonte en el que deseamos ver salir el sol, levantarnos animosamente cada mañana para hacer bien nuestro trabajo -sea éste el que sea y en donde esté- y dar a los demás y a nosotros mismos una segunda oportunidad, ayuda a que nuestra lucha diaria sea menos dura.

Es verdad que la vida no es fácil. Pero no será tan difícil transcurrir en ella si el positivismo nos hace seres optimistas, si utilizamos las cosas lindas para transformar nuestras lágrimas de autocompasión en energía para salir adelante.

Los ojos de nuestros hijos, la piel de nuestra pareja, las canas de nuestros padres, la risa de nuestros amigos, cada uno de ellos en su momento y lugar, forman el rompecabezas de nuestras vidas y somos nosotros los que unimos las piezas para completar la imagen final. De qué manera lo hagamos será lo que defina si éste será un maravilloso atardecer o la noche más oscura.

Les deseo un maravilloso año, lleno de prosperidad y éxitos y mucha salud para disfrutar de ellos.

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