lunes, abril 02, 2007

Esta Semana Santa...



Ha llegado otra vez la Semana Santa y, en esta ocasión, me ha tomado por sorpresa. Apenas el lunes pasado tomé conciencia de su cercanía. El cambio en el clima ha tenido un poco la culpa de esta alienación mía, pues durante los años que recuerdo, los días previos a esta celebración cristiana habían sido soleados, brumosos, cálidos y sus cielos de un pálido azul celeste. Desde hace un par de años, el frío del invierno norteño -que acá nos llega gentilmente- no termina de desaparecer y juega a las escondidas con las lloviznas y el sol. Sin embargo, creo que es una condición mental hacerse cargo de la temporada, que ya se aproxima con todos sus colores, aromas y sabores, haciéndonos anticipar a nuestros antojos culinarios o a las actividades en nuestras ciudades y pueblos.

Este año, como muchos otros, decidimos quedarnos en casa para los días de descanso. Tanto en la oficina en donde trabaja mi hija, como en donde lo hago yo, el feriado lo iniciaremos desde el miércoles santo. Podríamos pensar en salir fuera de la ciudad, pero el embrollo para hacerlo no es materia a la que queramos "entrarle", ya que la cantidad de "veraneantes" (para nosotros, esto es el verano) en cualquier lugar turístico del país es enorme, los precios astronómicos y las incomodidades impresionantes. A menos que se cuente con un lugar privado a donde llegar, lo mejor es quedarse quietas en casa, disfrutando de la soledad de la ciudad, de los horarios distendidos y de poder hacer lo que deseemos, sin ningún problema.

Este año vamos a honrar las tradiciones culinarias. Cocinaremos un buen bacalao a la vizcaína y también lo que llamamos "curtido", que no es otra cosa que una ensalada en escabeche de arvejas, ejotes, zanahoria y remolacha en cubitos -lo que le da un maravilloso color intenso uniforme- muy aromática y gustosa, que solemos comer acompañada de un rico pan francés. Completaremos con unas torrejas hechas con molletes pedidos de tamaño personal a los que partimos a la mitad y agregamos mantequilla, azúcar, canela en polvo y pasas de uva, para luego envolverlas en huevo y freírlas; y, finalmente, "ahogarlas" en almíbar de azúcar y miel de abejas, a la que añadimos un buen trozo de canela en raja, una deliciosa variante de esta receta que se encuentra en América del Centro y el Caribe. Todo esto para el Viernes Santo al medio día.

http://www.juanperez.com/cocina/torrejas.html

Nuestra ciudad -y algunas otras del interior- se ve atravesada durante toda la semana por infinidad de procesiones, desde las más antañonas y renombradas, hasta las pequeñas de iglesias católicas de barrios modernos que han querido adherirse a esta tradición tan guatemalteca. Cada año, las hermandades que administran las actividades en cada parroquia e iglesia, designan un tema para desarrollar en las andas procesionales, los que las adornan y engalanan regiamente. Sin embargo, lo mejor de todo son las asombrosas alfombras que son trabajadas para honrar el paso de Jesucristo en su vía crucis, siendo diseñadas y elaboradas por las familias que viven en los kilómetros por los que transitan las andas. Así que este año nos dedicaremos a conocer más de esta gloriosa y muy nuestra muestra de arte y religiosidad. La parafernalia para llevarlos a cabo es absolutamente maravillosa y no importa si es usted creyente o no, es algo digno de vivirse con los seis sentidos.

http://www.prensalibre.com/suplementos/RYS/ssanta/index.htm

Nos vemos la próxima semana, casi al final de nuestro descanso.

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