domingo, abril 29, 2007

Tenía razón mi madre



Acabo de verla. Estaba allí, como quieta, vestida de blanco, con los ojos enormes, negros y abiertos, mirándome sin ver. Era como si viera a través mío.

El cabello lo tenía largo, le caía sobre los hombros, muy negro y ensortijado. Me pareció que hacía mucho tiempo había dejado de preocuparse por cómo arreglar su melena abundante y por eso se veía así, triste y seca.

Tenía razón mi madre, la piel era blanca, tan blanca que podría decirse que no había nadie más blanco en este mundo.

Yo pasé, rápidamente, cruzando de un lugar al otro. Y la vi de pie, quieta, vestida de blanco, con los ojos fijos en mí, como traspasándome el cuerpo con la mirada. Pero como si no me viera, también.

Como si buscara algo del otro lado de mi cuerpo, algo en el vacío, en el viento, en el espacio.

La vi rápidamente. Pestañeé y cuando la busqué de nuevo, no estaba. Todo fue así de rápido. No la vi irse, no sé si simplemente desapareció.

Pero no olvido sus ojos negros y abiertos, enormes y profundos, mirándome sin ver.

Tenía razón mi madre. Está siempre allí, lo que sucede es que no la había visto antes. Pero ella está, siempre presente. Mirando sin ver.

Con su lindo vestido blanco, como una novia. O ¿será un abrigo? Puede ser, a lo mejor siente frío. Aunque yo no. Menos anoche, con ese pesado viento cálido.

¿Cómo se llamará? Y si le hablo, ¿me responderá? A lo mejor no me entienda. Pero tiene razón mi madre. Está allí, quieta. Sin moverse demasiado, sólo de pie, como flotando en el aire.

Esta noche, cuando vuelva a cruzar desde mi habitación al cuarto de baño, miraré de nuevo. En la esquina en donde aparece. Quizás vuelva a verla, mirándome sin ver. Con esos negros y enormes ojos, que me atraviesan, mirando más allá de mi materia. Tal vez busca a otra persona que no está más. Porque a nosotras, nos mira sin ver.

Me asusta un poco, pero la veré de nuevo. Es una mujer tan blanca, como si no tuviera sangre en las venas...

No hay comentarios.: