martes, marzo 16, 2004

COHERENCIA

Estoy convencida de que si mantenemos la coherencia en nuestro ser, es menos pesado vivir. Pensar, sentir, creer, hablar y obrar con coherencia. Cuando se logra encontrar el equilibrio, nada ni nadie puede hacerte cambiar de opinión, ni modificar tu comportamiento o pensamientos. Y si los demás conocen tu manera de ser, el resto viene por añadidura.

Nadie puede impedirte ser lo que quieres ser. Nada debe ser un obstáculo en tu vida. Ningún pensamiento o sentimiento debiera ser contrario a tus deseos... a menos que tú lo permitas. La sencillez en tus escogencias, la humildad de comportamiento, la verdad en tus días es suficiente equipaje para llevar durante la vida. Jamás dejes de aprender, no permitas que la curiosidad de la niñez se seque. Que tus ojos vean más allá de lo que tus pupilas visualicen, que tus oídos escuchen todos los sonidos, hasta los que tus tímpanos no perciban. Permite a tu piel sentir con intensidad, sin temores ni vergüenzas, que nada de lo que te ate al ser que elegiste amar te provoque rechazo.

Pero, por sobre todo en esta vida, busca la verdad y afiánzate a ella cuando la encuentres. Cava, dale vuelta a las cosas, limpia, ordena y desordena, profundiza, corta, raspa... que tus manos sangren y tus ojos se quemen en su búsqueda, porque cuando la tengas contigo, mirarás "más allá" y asirás con fuerza lo que encuentres. Eso te hará fuerte, aunque sientas flaquear tus piernas cuando la enfrentes. A veces -muchas veces- la verdad duele y asusta, pero al final te hace respirar confiada y serena.

Brinda tu ayuda sin esperar nada a cambio y menos que nada, reconocimiento por ello. Nunca olvides ser grata, aunque los demás no lo sean contigo; cuando eso suceda, da vuelta a la página y continúa andando, no vale la pena que te detengas a lamer tus heridas.

Sé feliz, hija, con entusiasmo y constancia. Es tu obligación serlo, porque nadie puede dar lo que no posee y tu felicidad será la de los que te amamos. Ama con intensidad y entrega, nada puede igualar esa experiencia. No dejes nada a la deriva. Al final, te sentirás satisfecha de tus momentos. Y, sobre todo, vive la vida con pasión. Esta actitud será tu pasaporte seguro a la paz al final de tus días.

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